El suicidio es tabú en nuestra sociedad. Es un fenómeno perturbador que genera varios tipos de reacciones: culpabilidad, vergüenza, impotencia, agresividad.
Los mitos tienen por función protegernos como sociedad e individuo proporcionando explicaciones tranquilizadoras.
A continuacción están algunos de los mitos más comunes:
- “Las personas suicidas están claramente decididas a morir.”
- “Las personas que amenazan con suicidarse no lo hacen.”
- “Suicida un día, suicida para siempre.”
- “El suicidio se produce sin advertencia.”
- “Las personas que se suicidan son cobardes… o valientes.”
- “La mejoría siguiendo una crisis suicida significa que ha pasado el riesgo.”
- “Las personas suicidas padecen de trastornos mentales.”
- “Las personas que amenazan con suicidarse lo hacen para atraer la atención o manipular.”
- “Hablar de suicidio es una mala idea. Puede ser interpretado como un estimulo.”
- El suicidio es hereditario.
- El suicidio es más común entre tal clase social.
- Existe un suicidio por razones intelectuales.
¿Por qué es importante deconstruir los mitos?
- Los mitos nos tranquilizan y nos impiden intervenir o nos detienen (“Si le hablo y que no ha pensado en eso, le puedo dar la idea”, “si intervengo, pero mal, voy a ser responsable de su muerte”, “ya tomó su decisión”, etc.).
- Los mitos nos permiten negar las señales (“No lo va a hacer porque no es un cobarde”, “Eso no pasa en nuestra familia”).
- Los mitos nos impiden entender el desamparo del suicida (“Claro, es que tiene una enfermedad mental”, “Tienen antecedentes en la familia”).